Curso de Ciencia Espiritual 3

Clase # 54: Ampliación sobre el vórtice de suma y primera forma de encarnación

La Teoría Espiritual plantea que cada Partícula Material Fundamental es una Partícula Espiritual pero existiendo en la dimensión material y por lo tanto con propiedades materiales.

 

Cuando el universo se enfrió lo suficiente después del Big Bang estas partículas materiales fundamentales no permanecieron de forma aislada sino que comenzaron a asociarse con otras partículas materiales fundamentales para formar estructuras materiales estables. Esas primeras estructuras estables de materia fueron protones y neutrones cada uno de ellos constituido por la integración funcional de tres partículas materiales fundamentales.

Como se dijo en clases anteriores cada una de las partículas materiales fundamentales posee un vórtice de comunicación interdimensional o simplemente vórtice, el cual se forma por su cercanía vibracional con la dimensión espiritual. Esa cercanía se mantiene debido a que estas partículas materiales fundamentales una vez llegaron a la dimensión material ya no pudieron ser mas manipuladas para continuar la confrontación beligerante que podía aumentar su nivel de fragmentación.

La integración entre esas tres partículas materiales fundamentales para formar protones y neutrones debió responder a sus propiedades físicas que a su vez eran un reflejo de su propia condición. Así que estas debieron reflejar algún tipo de afinidad entre ellas. Así, la afinidad entre ellas no solo condujo a su integración física en estructuras estables sino que a su vez permitió que sus vórtices también se integraran para formar temporalmente (por el tiempo que duren formando el protón o neutrón) un vórtice de suma. Este vórtice tenía por característica que era tan grande como la suma de los tres vórtices que lo componen y además era capaz de emitir hacia la dimensión espiritual una vibración de suma equivalente a la suma en intensidad y afinidad de las vibraciones de cada una de las PMFs.

De nuevo, al igual que el vórtice individual de cada una de las partículas materiales fundamentales, el vórtice de suma es una puerta que empieza en las partículas materiales fundamentales ubicadas en la Dimensión Material (DM), atraviesa la Dimensión Transicional (DT) y se abre finalmente en la Dimensión Espiritual (DE). En la dimensión espiritual la vibración de suma (al igual que era la intención de la vibración individual de cada partícula material fundamental) lleva implícita la intención de atraer y reunir a las partículas materiales fundamentales con sus pares espirituales, es decir, con las otras partículas espirituales afines a ellas. La diferencia es que la vibración de suma ahora posee una “fuerza de atracción” que es tres veces más grande que la de una vibración individual. Y esa fuerza ahora es capaz de atraer una partícula espiritual que es en cierta forma tres veces más grande que cualquiera de las partículas materiales fundamentales integradas para formar el protón o neutrón.

Así, una vez las tres partículas materiales fundamentales se integran para formar el protón o neutrón, sus vórtices se suman y emiten hacia la dimensión espiritual una vibración de suma que se expande por esa dimensión llegando hasta las agrupaciones espirituales afines a las partículas materiales fundamentales. Allí las partículas espirituales cuyo tamaño es equivalente a la suma de las tres partículas materiales fundamentales integradas, y con una vibración afín a estas, se ven atraídas y comienzan a acercarse poco a poco hasta la “boca” del vórtice.

 

Podría imaginarse estas PEs como gravitando alrededor del vórtice al tiempo que aquella que es más afín en todos los aspectos a la vibración de suma se va acercando mas y mas. Eventualmente esta PE más afín termina por penetrar dentro del vórtice como resultado de la poderosa fuerza atractiva de este, con la intención de reunirse con sus pares materiales.

Sin embargo puesto que la partícula espiritual que penetra el vórtice pertenece vibracional a la dimensión espiritual y no a la material, una vez penetra en el vórtice no logra atravesarlo completamente permaneciendo atrapada en su interior en una dimensión que no es ni la espiritual ni la material, sino una dimensión intermedia. En esta ubicación dentro del vórtice, la partícula espiritual establece una comunicación permanente con las partículas materiales que la atrajeron.

 

El vórtice que conecta las partículas materiales con la partícula espiritual constituye la llamada puerta o puente de comunicación permanente entre la dimensión espiritual y material. Este es el punto único que comunica ambas dimensiones y a su vez el responsable de que exista la encarnación. Formas más complejas de materia (átomos, moléculas, células y órganos) se basaran en arreglos más sofisticados de estas estructuras básicas; y a su vez, toda comunicación materia-espiritual y espíritu-materia deberá necesariamente penetrar hasta este nivel básico de la materia para hacer la transición entre la dimensión material y la espiritual.

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.