Curso de Ciencia Espiritual 3

Clase # 51: De La Dimensión Transicional A La Dimensión Material

La teoría del Big Bang es la teoría más firmemente aceptada acerca del origen del universo. Según esta teoría el universo comenzó con toda la materia-energía concentrada en un átomo primitivo, el cual poco después se expandió rápidamente creando así el espacio-tiempo en el cual existimos materialmente. También parece claro que el universo constituye un sistema cerrado, es decir que no le entra ni le sale materia-energía, por eso existe una ley de la conservación de la masa y la energía y por eso el universo es un sistema estable. Si al universo le estuviera entrando y saliendo materia-energía todo el tiempo le habría sido muy difícil organizarse en estructuras de complejidad como las que hoy lo pueblan.

 

De la descripción anterior del universo se deduce que inicialmente todas las partículas espirituales que abandonaron la dimensión espiritual debieron llegar a un mismo punto donde se concentraron, como lo propone el modelo presentado en la teoría espiritual. Ese sitio de concentración de partículas espirituales seria la puerta de entrada a la dimensión material ubicada entre la dimensión espiritual y la dimensión material. A este lugar de transición entre ambas dimensiones lo hemos denominado dimensión transicional o dimensión intermedia.

La dimensión transicional no es solo un concepto introducido para explicar los eventos anteriores al Big Bang, también sería el lugar en el cual existen temporalmente los elementos espirituales encarnados. Más aún,  reconciliando este concepto con la teoría espirita descrita por Kardec en su obra, la dimensión intermedia sería también el lugar dimensional donde permanecen muchos elementos espirituales que una vez desencarnan mantienen un fuerte apego a la materia y las cosas materiales.

 

La intensa confrontación espiritual habría sido la fuente que mantenía un flujo permanente de partículas espirituales hacia la dimensión material antes del Big Bang. Sin embargo no existiendo un espacio-tiempo material a donde pudieran caer las partículas espirituales, éstas se fueron acumulando en ese punto único de entrada a la dimensión material ubicado en la dimensión transicional.

 

Allí llegaban partículas espirituales de diferentes agrupaciones en cada una de las cuales persistía la antipatía natural que las había llevado al nivel de confrontación. Eran rivales naturales. En esa acumulación creciente de partículas espirituales podía encontrarse una enorme variedad de tamaños (todos subatómicos) y estados vibracionales (todos muy bajos pero con diferentes valores).

 

Investigaciones mediumnímicas apuntan a que la dimensión transicional es especial en el sentido de que los elementos que allí existen no pueden continuar fragmentándose como lo hacían en la dimensión espiritual; sin embargo en esa dimensión si pueden expresar su antagonismo natural. Así, este punto no solo fue acumulando cada vez más partículas espirituales sino que por efecto del antagonismo manifiesto entre ellas también se fue tornando en una estructura cada vez más inestable.

 

El violento rechazo de unas partículas espirituales sobre otras, sumado a una concentración cada vez más elevada de ellas pronto llevó a este punto a un valor crítico de contención. Entonces se abrió expandiéndose en la única dirección posible, en dirección a la dimensión material.

En el momento en que esta masa de partículas se empieza a expandir hacia la dimensión material nace el espacio tiempo y la dimensión material habría dejado de ser una dimensión virtual para convertirse en una dimensión real. En este momento también habría nacido el primer universo material. Las entonces Partículas Espirituales habrían dejado de ser Partículas Espirituales para pasar a ser Partículas Materiales: quarks, leptones y portadores de fuerza o simplemente “Cuerdas” dependiendo de la teoría sobre la composición de la materia que se tome.

Las ahora Partículas Materiales serian los ladrillos fundamentales que constituirían todo lo que existe en el universo, incluyendo nuestros propios cuerpos; por eso las llamaremos Partículas Materiales Fundamentales (PMFs). En los componentes más básicos de la materia residen los fragmentos pulverizados y atrasados de lo que un día fueron espíritus completos como nosotros. Tan atrasados y reducidos que necesitaran de muchos miles de millones de años de nuestra vida material para poder siquiera comenzar a ganar algún aumento en la armonía de sus exiguos atributos. Pero lo harán y cuando eso suceda la materia y todo lo que está hecho de ella necesariamente cambiara.

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