Curso de Ciencia Espiritual 3

Clase # 45: Punto de Contacto Entre la Partícula Espiritual Dirigente y la Materia

La existencia del Puente de Comunicación Interdimensional se deduce del hecho mismo de que nosotros, los espíritus encarnados, podemos comunicarnos con nuestro cuerpo para realizar acciones físicas, al tiempo que conocemos casi de forma instantánea lo que pasa en el mundo físico donde está nuestro cuerpo.

Ya que nosotros los espíritus encarnados estamos en la dimensión espiritual (razón por la cual el espíritu no puede ser visto ni detectado materialmente) y nuestro cuerpo está en la dimensión material, entonces es válido concluir que en algún punto de la conexión entre el espíritu y el cuerpo existe ese punto de contacto al que hemos denominado el Puente de Comunicación Interdimensional.

Sabemos por verificaciones mediumnímicas que el espíritu no está conectado a cualquier parte del cuerpo, sino que su unión se verifica específicamente al cerebro, que es el órgano de mayor complejidad del cuerpo. Esto se deduce claramente del hecho de que es en el cerebro donde nacen las órdenes que echan a andar el cuerpo y es al cerebro a donde se dirigen todas las señales captadas por los sentidos físicos.

Igualmente se puede deducir esto de los casos de gemelos siameses, especialmente de aquellos donde hay un solo cuerpo y dos cabezas, en cada una de las cuales existe una individualidad separada y distinta de la otra, es decir en cada cabeza se expresa un espíritu distinto. Y finalmente de la investigación mediumnímica que ha verificado en múltiples ocasiones a través de la mediumnidad vidente que el espíritu está efectivamente unido a la cabeza y específicamente al cerebro.

Estas verificaciones mediumnímicas también nos han enseñado que la conexión del espíritu al cerebro no se da de forma directa entre el espíritu y las células cerebrales, sino que sucede por intermediación de la mente, un órgano de composición netamente espiritual (hecho de Partículas espirituales) pero de función físico-espiritual.

Esto significa que toda comunicación entre el espíritu y el cerebro pasa primero por la mente, así que si queremos encontrar dónde está el Puente de Comunicación Interdimensional debemos entender como sucede la comunicación entre la mente y el cerbero.

La mente, lo hemos dicho antes, está compuesta por la integración funcional a nivel espiritual de las Partículas Espirituales Dirigentes de las células del cerebro. Recordemos que toda célula viva tiene un alma apropiada a su nivel de complejidad y estas partículas espirituales vendrían a ser el alma de las células.

Las partículas espirituales encarnadas en las células son las que le dan vida espiritual y las encargadas de dirigir sus acciones y desempeño. Las partículas espirituales encarnadas en las células son el factor inteligente que existe en el trasfondo de las células vivas. Todas las células de cuerpo y de cualquier organismo, incluyendo los organismos unicelulares, posee su propia Partícula Espiritual Dirigente

De lo anterior se deduce entonces que cualquier comunicación del espíritu con su cuerpo pasa primero por las partículas espirituales dirigentes antes de llegar al cerebro y por lo tanto el Puente de Comunicación Interdimensional debe necesariamente buscarse en ese punto donde se contactan las partículas espirituales dirigentes y las células del cerebro.

Puesto que las funciones de control celular están localizadas en el núcleo celular, entonces es válido afirmar que la partícula espiritual dirigente de la célula debe necesariamente unirse al núcleo. Sin embargo, el núcleo de la célula posee una gran cantidad de componentes, así que ¿A cuál de ellos se une la partícula espiritual dirigente? De nuevo, sabemos que el control de las funciones propias de la célula está a cargo de los genes celulares, así que la partícula espiritual dirigente de la célula debe necesariamente unirse al grupo de genes activos involucrados en las funciones de control celular. ¿Pero a que parte de los genes?

Un gen es una secuencia específica de ADN compuesto por cadenas de nucleótidos, así que la PED debe unirse específicamente a los nucleótidos de los genes. Sin embargo, un nucleótido esta hecho de átomos, así que si la partícula espiritual dirigente de la célula se une a algo en el núcleo, ese algo ha de ser los átomos de los genes que la componen. ¿Pero a que parte especifica de los átomos?

Aquí es donde la búsqueda del punto de contacto entre materia y espíritu comienza a dar giros inesperados. Los átomos en realidad son en su mayoría espacio vacío con una nube de electrones extremadamente pequeños rodeando un núcleo que está muy, muy lejos en el centro del átomo. Así que siendo el núcleo donde se ubica prácticamente toda la masa del átomo, entonces lo más lógico es pensar que la partícula espiritual dirigente de célula debe unirse de alguna forma al núcleo atómico.

El núcleo atómico es una rareza, está hecho de protones y neutrones cada uno de los cuales es en realidad un enorme espacio vacío cuya única estructura “sólida” es una triada de algo aún más pequeño llamado quark. Según la física moderna, lo único realmente “solido” en el átomo son los quarks que constituyen las denominadas Partículas Materiales Fundamentales. Y los quarks -como ya lo hemos mencionado antes- son las mismas Partículas Espirituales llegadas a la dimensión material debido a su pérdida de armonía.

Siendo los quarks lo único “solido” que tiene la materia, es de esperarse que sea a ellas a las que se unen los Elementos Espirituales encarnados y por lo tanto debe ser allí donde existe el puente de comunicación interdimensional.

En resumen:
1. El espíritu se une al cerebro a través de la mente que está hecha de las partículas espirituales dirigentes encarnadas en sus células.
2. Las partículas espirituales dirigentes de la mente son las mismas Partículas Espirituales encarnadas en células del cerebro.
3. Las partículas espirituales dirigentes se unen al núcleo celular y específicamente a sus genes.
4. Como los genes están hechos de átomos, entonces las partículas espirituales dirigentes se unen a los átomos de los genes.
5. Como los átomos poseen casi toda su masa en el núcleo atómico entonces las partículas espirituales dirigentes deben unirse al núcleo atómico, específicamente a sus protones y neutrones.
6. Y como protones y neutrones están en realidad hechos de quarks que son lo verdaderamente solido de la materia, entonces las partículas espirituales dirigentes deben unirse específicamente a los quarks.

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