Olvido Del Pasado, Aislamiento Espiritual, Evolución Y Genes: ¿Cómo Se Relacionan Estos Conceptos?

Olvido Del Pasado, Aislamiento Espiritual, Evolución Y Genes: ¿Cómo Se Relacionan Estos Conceptos?

Una hipótesis para explicar el fenómeno de la turbación que se antoja posible, es que la turbación o confusión sean el resultado de una acción directa de la mente y por ende del cerebro. Sabemos que la mente se forma al tiempo que se forma el cerebro por lo que ambas estructuras están directamente relacionadas; pero de las dos (cerebro y mente) la mente es la que está en contacto más directo con el espíritu. De hecho el que sea la mente la portadora del canal de comunicación espiritual llamado comúnmente mediumnidad, nos indica que es allí donde posiblemente nace el mecanismo que bloquea los recuerdos del espíritu, así como su aislamiento de la dimensión espiritual.
Y es que estos son dos hechos claros: 1) El espíritu no recuerda nada de su pasado espiritual durante la encarnación y 2) el espíritu encarnado está totalmente aislado de la dimensión espiritual, a pesar de estar en ella durante la encarnación.
Esta hipótesis de una mente controladora y forzosamente mediadora entre el espíritu y su propia dimensión espiritual hace parte de una hipótesis de la TE según la cual la encarnación es automática y responde a la atracción ejercida por las estructuras físico-espirituales. Esa hipótesis también plantea que los genes constituyen una de las estructuras más sofisticadas de complejidad física, dominadas por su componente espiritual, una Partícula Espiritual, cuya agenda gira en torno a dos principios básicos de existencia física: DOMINAR Y PERPETUARSE. Estos principios básicos surgen de su propia naturaleza atrasada o desarmónica, expresión material de su misma naturaleza espiritual. En otras palabras, cuando los elementos espirituales encarnan, no importa que estén viviendo una realidad (la material) que es distinta a su realidad natural (la espiritual), ellas simplemente siguen haciendo lo mismo que hacían cuando eran unidades y después cuando fueron reducidos a fracciones: dominar e imponerse.
Esa es la conexión fundamental entre lo espiritual y lo material. Los genes que dominan la conducta de toda criatura biológica son una expresión material de sus Partículas Espirituales dirigentes, las que están encarnadas en ellos. Por eso decía el filosofo, como es arriba es abajo y lo que estas PEs hacían allá en la dimensión espiritual, también lo hacen aquí en la dimensión material.
La fiera competencia material por dominar y perpetuarse entre los distintos organismos (distintos grupos de genes) los llevó a aceptar que la inteligencia del Elemento Espiritual encarnado en cada organismo (es decir el alma de los animales) traía una inteligencia natural que podía ser ventajosa para que esos grupos de genes del organismo fueran exitosos. Necesitaban dejar que esa inteligencia se manifestara. Por ejemplo, el primate primitivo (antecesor del hombre actual) usando la inteligencia de su alma o Partícula Espiritual Dirigente, podía idear estrategias mejores que las de su depredador y así sobrevivir. Pero entonces las PEs de sus depredadores también hacían lo mismo desarrollando mejores estrategias para cazarlos. De esta forma eventualmente la supervivencia se convirtió en un asunto de tener más inteligencia.
Pero como se puede tener más inteligencia? La inteligencia es un atributo del espíritu o la Partícula Espiritual, que se expresa en proporción a su tamaño. Así por ejemplo, una Partícula Espiritual (PE) pequeña tiene una fracción de inteligencia más pequeña que una PE más grande y por ende la más grande será capaz de idear mejores formas de sobrevivir. Pero como pueden hacer los genes para asegurarse que va a encarnar en su organismo una PE dirigente más grande? Pues promoviendo el crecimiento del cerebro. Cerebros pequeños encarnan PEs pequeñas y cerebros grandes encarnan PEs grandes. Esto llevó a un grupo de organismos (los primates) a una frenética competencia por tener cerebros más grandes y por ende Elementos Espirituales más inteligentes que les garantizara su supervivencia. Y así sucedió como se puede ver en el registro fósil de los primates, que fueron dando origen a especies de cerebros cada vez más grandes y más grandes hasta la aparición del hombre actual.
El problema para los genes surgió cuando el tamaño del cerebro fue tal que comenzaron a encarnar espíritus unidades. Las unidades o espíritus a diferencia de las PEs, son totalmente conscientes de sí mismos y por tanto pueden tener conciencia de su origen espiritual, de su naturaleza espiritual y hasta de su pasado. Eso constituía un problema para los genes interesados solo en dominar y perpetuarse, porque generaba en los espíritus encarnados una distracción innecesaria, una que podía poner en riesgo su supervivencia. Solo imaginemos si todos fuéramos totalmente conscientes de nuestro origen y destino espiritual seguramente no haríamos muchas de las cosas que generan competencia y dominio a nivel físico. Y eso está bien para nuestra evolución, pero no es lo que le interesa a los genes, los genes quieren otra cosa y poco les importa el progreso espiritual.
Los genes debían buscar la forma de contar con la inteligencia del espíritu unidad pero sin las distracciones que generaba su estado de consciencia de sí mismos. Y esto lo lograron valiéndose de la mente para 1) bloquear todo recuerdo del pasado y 2) aislarlo de todo contacto espiritual; así los genes lograrían que el espíritu encarnado solo enfocara su inteligencia en dominar el mundo físico, no el espiritual. Ahí nace el olvido del pasado y explica por qué aunque somos espíritus no podemos tener comunicación directa y constante con otros espíritus.
Ahora un panorama un poco más optimista. La especie dominante en este planeta es la humana, así que la competencia por la supervivencia es ahora entre espíritus unidades y como todos tienen la misma inteligencia, como obtener ventaja entonces? Pues bien, resulta que una misma inteligencia puede expresarse mucho más y mejor si posee un estado de armonía más elevado. Un ser más armónico posee una inteligencia más aguda y capaz de resolver situaciones complejas que un espíritu mas desarmónico cuya inteligencia esta, digamos que algo mas nublada por su atraso. Este hecho en particular creó un nuevo escenario imposible de ignorar y evitar por los genes dominadores de la especie humana. Aquellos seres más altruistas, más nobles, más buenos tenían una inteligencia más clara y brillante que los más egoístas y perversos. Un perfecto escenario de selección natural.
Los seres más buenos sobreviven mejor que los seres más atrasados. Así que aunque no lo quieran los genes la humanidad evoluciona hacia una humanidad más armónica, constituida por espíritus encarnados más buenos y nobles y con una mayor inteligencia. Esa es la buena noticia. Los seres humanos más atrasados, egoístas y perversos JAMAS podrán ganar la competencia por la vida. Por eso a pesar de las calamidades actuales el mundo actual es mucho mejor que en el pasado y lo será aun mejor en el futuro. Eh aquí la razón del por qué evolucionamos hacia sociedades cada vez mas inclusivas, mas grandes de seres más armónicos y con mas valores

Author: ISRSP

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