“Las Manos Fueron Creación de Dios”?
o al menos eso dice un artículo científico publicado en una revista de ciencias que ha generado un gran revuelo y ha puesto sobre el tapete el tema de las creencias vs la ciencia.
La conclusión puesta entre comillas al comienzo de esta nota fue puesta así, literalmente, dentro del texto de un artículo de investigación publicado por un equipo chino que tras la protesta de la comunidad científica han salido al paso a pedir disculpas por el lapsus atribuido a su errónea traducción al ingles del trabajo de investigación. Según los autores lo que ellos deseaban decir era que “las características biomecánicas de la conexión arquitectónica entre músculos y articulaciones muestra el diseño apropiado de la NATURALEZA para desarrollar una multitud de tareas de agarre diarias” (biomechanical characteristic of tendious connective architecture between muscles and articulations is a proper design by the NATURE (result of evolution) to perform a multitude of daily grasping tasks.)
A pesar de la aclaración y del revuelo creado no deja de ser interesante detenerse por un momento a reflexionar acerca del distanciamiento cada vez mayor entre ciencia y religión que frente a cualquier insinuación de una causa divina obliga a la comunidad científica como un todo a reaccionar airadamente. ¿Por qué este distanciamiento? ¿Significa esto que definitivamente Dios no tiene cabida en el futuro cada vez mas tecnológico y avanzado científicamente de la humanidad?
Esta reflexión la hemos hecho múltiples veces al interior del Instituto para la Investigación Científica del Fenómeno Espiritual (www.ISRSP.org) y siempre hemos llegado a la misma conclusión, el gran enfrentamiento no es entre la ciencia y El Creador, cualquiera sea el concepto que tengas de Él, sino entre el pensamiento racional-objetivo y la creencia ciega. El problema es que las religiones se apoderaron del derecho a representar al Creador sin siquiera tener una idea vaga de que es o cual es su naturaleza y lo han encajonado dentro de una serie de libros llamados sagrados que no dan otra opción que la de ser tomados por verdades finales, cerrando de tajo la posibilidad a cualquier avance, cualquier progreso en su comprensión.
La ciencia está en el camino correcto y lo ha demostrado al arrastrar a la humanidad del oscurantismo de las cavernas al fascinante porvenir de un futuro lleno de avances tecnológicos y conocimientos verificables de las cosas, que obviamente contrasta fuertemente con el discurso obsoleto y ambiguo de los libros sagrados, no importa la religión.
¿Significa esto que debemos olvidarnos del concepto de Dios y lo espiritual?
No, claro que no. Lo que esto significa es que debemos aprender del exitoso camino de las ciencias para buscar entre sus métodos los medios para ampliar nuestra comprensión de Dios y del fenómeno espiritual y esto requiere casi siempre de romper los rígidos esquemas utilizados hasta ahora para dar cabida a nuevas ideas.
Muchos creen que puesto que Dios y la realidad espiritual son “invisibles” a los sentidos y aparatos físicos entonces no son objeto de la ciencia, pero están equivocados. La ciencia no se limita a los fenómenos físicos sino a los fenómenos que pueden ser verificados y medidos y si la ciencia no se ha ocupado del fenómeno espiritual y de Dios es porque simplemente la ciencia no ha encontrado aun un medio de auscultar y verificar esa realidad, pero ese medio ya existe, se llama Mediumnidad.
El problema con la mediumnidad es que no existe una descripción científicamente formal de ella y por tanto no existe aun de forma oficial un medio para distinguir claramente entre el verdadero médium y el charlatán. Y cuando la ciencia busca la ayuda del médium y se encuentra con charlatanes de trucos baratos que son desenmascarados, entonces la ciencia se cierra al fenómeno espiritual y lo excluye de sus objetos de estudio.
¿Es posible cambiar esta percepción sobre la mediumnidad y por ende el fenómeno espiritual?
Si, es posible y es moralmente obligatorio para sus practicantes honestos el hacerlo. Si queremos que la ciencia llegue a ocuparse del fenómeno espiritual y por ende de la existencia de Dios entonces debemos empezar por reestructurar su conocimiento y trabajar por darle orden, coherencia y consistencia. En otras palabras si deseamos hacer del fenómeno espiritual un tema de interés científico tenemos que comenzar por definir claramente su teoría, definir claramente sus métodos de investigación y buscar la forma de probarlos objetivamente. Y cuando decimos probarlos objetivamente nos referimos a que es nuestra obligación demostrar que la mediumnidad existe como una cualidad objetiva, reproducible y falsable o refutable a través de la experimentación.
Si, así como suena, tenemos que buscar los mecanismos de probar que la mediumnidad es real y que los médiums son sujetos que pueden ser sometidos al escrutinio científico. Y aunque esta parte es de profunda significancia en la formalización del fenómeno espiritual también debe estar acompañada de una teoría claramente descrita y completa, de tal forma que la mente científica formal pueda tener un marco de referencia desde el cual comprender sus postulados, sus fenómenos y sus experimentos. En este sentido al ISRSP ha publicado la primera teoría formal y completa sobre el fenómeno espiritual basada principalmente en el extenso trabajo de Kardec y de la Escuela Científica Basilio. El texto fue publicado bajo el nombre de La Teoría Espiritual (www.lateoriaespiritual.com).
¿Sera esto suficiente para resolver el dilema de la existencia de Dios?
No. Porque de acuerdo a la misma Teoría Espiritual el conocimiento de El Creador es un asunto que va mas allá de tener un amplio conocimiento del fenómeno espiritual y penetra en un campo aun más profundo y complejo que tiene que ver con el estado de armonía mismo de quienes buscan su comprensión. En otras palabras para conocer a Dios no solo se requiere tener un amplio conocimiento de las cosas sino además alcanzar estados de armonía suficientemente elevados para poder comprender su naturaleza. Y esa armonía solo se puede conseguir cuando existe una expresión elevada de los atributos fundamentales del espíritu Amor, Inteligencia y Libertad.
Es decir, solo seres con un amplio conocimiento que alimenta su inteligencia, un gran amor por todos los seres de la existencia y una concepción elevada del respecto a la libertad de todos puede alcanzar la armonía necesaria para empezar a comprender al Creador, eh ahí el sentido que le decían los espíritus a Kardec que nos faltaba. Pero estamos en ese camino. A pesar de las guerras, de la maldad que vemos hoy día, de los crímenes y las hambrunas, el mundo actual es mucho mejor que el mundo de ayer y basta repasar un poco de historia para darse cuenta de ello.
Las sociedades avanzan inevitablemente hacia estados más avanzados y no importa cuán egoístas sean los que manejan al mundo, cuan poderosos sean los tiranos en el poder, su vida física es limitada y serán reemplazados por nuevas generaciones de espíritus encarnados un poco más avanzados y con mejores valores. Ese es el destino inevitable de toda civilización.
¿Eres un médium? Ya sabes cuál es entonces tu responsabilidad con la humanidad, poner tu mediumnidad al servicio del progreso humano, no dentro del hermetismo obsoleto de una religión sino dentro del marco abierto y democrático de las ciencias modernas.
¿Eres un estudiante de la ciencia espiritual? Entonces ya sabes cuál es tu responsabilidad, la de buscar la verificación objetiva de tus conocimientos a través de la practica científica. No se puede reducir esto a un “yo lo sé y con eso me basta” porque eso es solo una expresión más del egoísmo que hemos venido a derrotar en esta encarnación. No se trata de mi o de ti, se trata de todos.
Piénsalo.
