Espíritu y cuerpo son lo mismo o son dos cosas separadas?

Espíritu y cuerpo son lo mismo o son dos cosas separadas?

Tanto científicos como legos en los menesteres científicos han tenido dificultad en comprender el fenómeno espiritual porque parten de la premisa de que la única realidad que existe es la realidad física. Con base en ello asumen que si el espíritu existe entonces este debería poderse percibir de alguna forma material objetiva como por ejemplo con un detector de movimiento, una cámara ultrasensible, un sensor de temperatura o de sonido, etc. Y como no lo consiguen entonces concluyen que el espíritu no existe y por tanto que el fenómeno espiritual es pura fantasía. Es comprensible.
Sin embargo para quienes hemos dedicado nuestra vida al estudio del fenómeno espiritual la existencia del espíritu es una realidad que se percibe y comprueba a través del uso de la mediumnidad, una cualidad asociada a la mente que permite captar las vibraciones “extra-materiales” que constituyen la manifestación de existencia de los espíritus. Y cuando dos o más médiums ven y describen lo mismo de forma independiente se está probando científicamente la valides científica de la mediumnidad.
A esta evidencia se le suma los múltiples reportes de experiencias cercanas a la muerte en los cuales sus protagonistas claramente dejan constancia de la existencia de un ser consciente diferente y distinto al cerebro-cuerpo. Esa entidad que reconocen ser ellos mismos fuera del cuerpo, razona, piensa y existe de forma independiente siendo incluso capaz de reconocerse a sí mismo y reconocer su cuerpo como un elemento separado.
Con base en estas evidencias queda claro entonces que el alma o espíritu existe, aunque no puede ser detectado físicamente, razón por la cual la ciencia espiritual lo ha puesto en una realidad de existencia distinta. Una que existe por fuera de la materia y lo físico a la cual se le ha llamado Realidad o Dimensión Espiritual. Esta realidad espiritual se describe entonces como una realidad no física, extra-material y separada razón por la cual no puede ser detectada por ningún aparato que mida la manifestación de las cosas físicas ni por los sentidos físicos (vista, tacto, oído, gusto, olfato) diseñados para captar y registrar las manifestaciones asociadas con la materia.
Aunque la propuesta de una Dimensión Espiritual constituye un paso adelante en la comprensión del fenómeno espiritual no lo resuelve de manera contundente de frente al racionalismo y escepticismo científico, para el cual si no se puede detectar o medir de alguna forma entonces no existe. Y en medio de esta controversia surge entonces la necesidad de definir dentro de nuestra concepción de las cosas la dimensión espiritual.
Es así que podemos echar mano del concepto de “vibración” para tratar de crear un modelo coherente en tal sentido.
Todo lo que existe vibra, sea material o espiritual, y esa vibración es una manifestación de existencia. La diferencia entre materia y espíritu radicaría entonces en que la materia y todo lo que está hecho de ella vibra en un rango que le da existencia en una dimensión específica llamada Dimensión Material. Por su parte todo lo espiritual también vibra y su vibración ocurre en un rango que ubica lo espiritual en una dimensión distinta a la material llamada Dimensión Espiritual.
Con un modelo así podemos entender y explicar el fenómeno espiritual desde la perspectiva de las ciencias materiales que conocemos creando un puente de entendimiento entre la ciencia espiritual y la material.
De acuerdo a este modelo espíritu y materia no existen en la misma dimensión sino en dimensiones vibracionalmente distintas y separadas. Digamos que son cosas que existen en un mismo lugar o “espacio” pero vibrando de forma muy diferente y por tanto SEPARADAS. Como las ondas de radio y televisión que viajan por el mismo espacio pero de forma independiente porque lo hacen en su propia longitud de onda y frecuencia. Esto explicaría por qué no se puede detectar lo espiritual y por qué lo espiritual no aparece reflejado en ninguna ecuación física que describa los fenómenos materiales.
Surge entonces la pregunta ¿Si materia y espíritu están separados, entonces como es posible que un espíritu “viva” una existencia temporal atado a un cuerpo o encarnado?
Cuando partimos de la premisa de que nosotros somos un espíritu habitando un cuerpo y que ambos están separados dimensionalmente, entonces debemos necesariamente aceptar que la encarnación provee de alguna forma mecanismos para que exista una comunicación entre ambos. Eso es obvio, si voy a cruzar la calle y mis ojos físicos detectan un vehículo que se próxima a alta velocidad, esa información debe llegar de alguna forma a mí, el espíritu que habito este cuerpo, para saber del riesgo de cruzar. Y al mismo tiempo mi decisión inteligente de no cruzar la calle debe poder llegar de forma rápida al cuerpo para detenerlo y evitar una muerte segura. Eso es un hecho obvio que todos verificamos a diario en múltiples situaciones.
Entonces esa comunicación físico-espiritual existe y por lo tanto debe existir un puente de contacto entre materia y espíritu. Y si ese puente existe entonces debe ser posible para la ciencia material encontrarlo, llegar a identificar el punto donde la información material abandona la dimensión material hacia el espíritu que a su vez debe ser el punto donde la información espiritual entra a la dimensión material. Esto es lo que se conoce como INFERENCIA CIENTÍFICA, una especie de predicción inteligente comprobable.
Queda pues descrita y justificada la existencia de las dimensiones materiales y espirituales. Le corresponde entonces a los científicos materiales y espirituales encontrar las evidencias que lo confirmen.

Author: ISRSP

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