¿Es la ciencia espiritual un tipo de “secta”?
Buena pregunta.
No. No es una secta y los que la estudiamos y practicamos no la vemos así ni tenemos la intensión de convertirla en una.
Todo nuevo conocimiento debe ser metódicamente registrado y cuidadosamente organizado de tal forma que adquiera coherencia. Debe tener un lenguaje unificado y consistente con su objeto de estudio. Debe poderse explicar dentro de una teoría conocida o proponer su teoría propia si no tiene cabida dentro de las que existen.
Este conocimiento debe ser objetivo y accesible para varios observadores y lo más importante, debe ser verificable.
Cumplir con todas estas premisas no es tarea fácil tratándose de algo tan complejo y “volátil” como el fenómeno espiritual. Cuando yo entre en contacto con este fenómeno en la ECB hace cerca de 36 años era claro que se estaba avanzando en sus escuelas por el camino correcto hacia su formalización. Ya se tenía toda una estructura conceptual muy clara, se podía describir el fenómeno en términos comprensibles y accesibles para cualquier persona interesada, el conocimiento era lógico y coherente y se poseía una herramienta invaluable para su estudio y verificación: la mediumnidad.
En la ECB conocí muchísimos médiums, no era uno o dos, eran cientos de ellos, la mayoría formados en sus propias aulas y capaces de describir de forma simultánea los mismos fenómenos durante las prácticas de rutina que involucraba la incorporación y dialogo con los espíritus. No era una mediumnidad errática y caprichosa sino perfectamente controlada a voluntad, es decir, el médium actuaba bajo la indicación de un director de práctica.
Fue precisamente este manejo voluntario de la mediumnidad lo que nos permitió inferir que el conocimiento espiritual si puede ser falseable y por lo tanto verificable y en esa dirección nos movimos un grupo de trabajo en la década de los 90, entre los cuales estábamos los tres autores de La Teoría Espiritual.
En nuestro afán por hacer de la Ciencia Espiritual una ciencia formal concluimos que el primer paso era la presentación detallada de la teoría que la respaldaba. Recuerda que toda ciencia debe poderse comprender y explicar dentro de una teoría conocida o debe poseer su propio modelo teórico. Y como era obvio que el fenómeno espiritual no cabía dentro de ninguna teoría conocida hasta entonces, decidimos lanzarnos a la aventura de describir La Teoría Espiritual.
El siguiente paso en este proceso de formalización de la Ciencia Espiritual es la verificación experimental. Y siendo la mediumnidad la herramienta única de acceso a la realidad espiritual, entonces toda la carga de la prueba descansa ahora en poder demostrar que la mediumnidad existe y que por lo tanto el conocimiento adquirido a través de su uso es válido.
Este será nuestro siguiente paso, pero al parecer no será tan fácil como pensamos pues la ECB al parecer por evitar ser clasificada dentro de la categoría de sectas por el gobierno Argentino (la institución fue fundada allá), decidió modificar su denominación de escuela espiritual a religión. Es decir, en una decisión que ha generado bastante controversia y desencanto en muchos de sus miembros, la ECB en lugar afianzar su carácter de escuela de investigación y enseñanza se movió hacia el otro lado y se convirtió en una religión.
Para concretar, en lo personal no creo que la Ciencia Espiritual sea una secta en el sentido peyorativo que generalmente se usa ese término. Creo firmemente que la Ciencia Espiritual es en realidad una ciencia nueva, constituye un nuevo paradigma para el intelecto humano pues extiende su campo de investigación más allá de los límites de la materia adentrándolo dentro de una nueva dimensión de realidades: la dimensión espiritual.
La Ciencia Espiritual viene a constituirse en esa otra mitad de la historia del ser que desconocíamos, pero que muchos presentíamos que existía, la de ser espíritus encarnados que antecedimos y sucederemos a la materia. La Ciencia Espiritual nos ayuda a conectar los puntos que nos muestra de forma clara la esencia íntima de lo que somos y de cómo todo lo que existe está relacionado entre sí. Nos ayuda a entender que hubo antes y que habrá después del Big Bang. Como, por qué y de donde salió la materia y el universo en que habitamos, y donde radica la inteligencia que parece esconderse detrás de la materia y que se constituye en la fuerza oculta que guía le evolución material y espiritual, entre otras tantas cosas.
Son tantas y tan complejas las respuestas que la ciencia espiritual nos ayuda a responder que casi podría decirse que es la ciencia por antonomasia, la piedra angular del conocimiento futuro de la humanidad, la teoría del todo.
Ahora que La Teoría Espiritual ha sido publicada, debemos comenzar a trabajar en su demostración científica, pero esa es otra historia. Curiosamente estamos más necesitados de tiempo y recursos que de médiums. Médiums hay por todas partes, algunos más preparados que otros, y los seguirá habiendo porque está en la naturaleza intima de nuestra condición de encarnados. Pero en este proyecto todos somos voluntarios y toda la inversión hecha hasta ahora ha salido de nuestros propios recursos: los dominios web, el diseño y mantenimiento de las páginas web, el diseño, traducción y montaje de los cursos, la redacción del libro, su traducción, revisión, diseño, publicación y venta.
Todo lo hemos hecho porque creemos en este proyecto, pero se necesita más que la creencia en algo para que sea verdad, se debe probar y esa es nuestra meta. Por eso abrimos las puertas a todos los que se identifiquen con esta idea a través de la creación del INSTITUTO PARA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DEL FENÓMENO ESPIRITUAL (ISRSP). Si crees en esta idea, estúdiala, apréndela, promuévela, pero siempre se critico y objetivo. Ni esta ni ninguna de las grandes ideas que hay allá afuera constituyen alguna verdad final. Todas son verdades transitorias, peldaños que nos ayudan a avanzar hacia conocimientos más profundos, aunque bien podríamos estar equivocados.
Fraternalmente
Eduardo Sanz
