¿En Que Dimensión se Encuentran los Espíritus y Partículas Encarnadas?
Cuando a un conocedor de la ciencia espiritual se le pregunta ¿En qué dimensión se encuentran los espíritus y partículas encarnadas? la primera respuesta que suele emitir es que los espíritu y partículas encarnadas están en la dimensión material, pues ahí está el cuerpo en el cual encarnan. Sin embargo esto, en mi opinión, no es correcto. La dimensión material es un lugar caracterizado por que los elementos que posee están dentro de un rango vibracional especifico para la dimensión material lo que les permitió conformar la materia y eventualmente el universo material con todas las estructuras que contiene (galaxias, planetas, estrellas, seres vivos, etc).
¿Están los espíritus y partículas espirituales en la dimensión material? La evidencia práctica nos indica que no, que ni espíritus ni partículas espirituales encarnadas están en la misma dimensión de la materia. En ningún modelo teórico de la materia aparece el elemento espiritual, ni lo espiritual ha llegado a necesitarse para completar una ecuación o balancear una reacción química. Sin embargo la otra evidencia, la evidencia mediumnímica suele describir a los espíritus ahí mismo, cerca a las cosas físicas. Es decir que ahí donde está la materia ahí mismo están los elementos espirituales encarnados, y la gran pregunta es ¿Por qué no los vemos con los ojos? ¿Por qué no podemos detectarlos ni aun con los más sofisticados aparatos? ¿Por qué su existencia no se refleja en las ecuaciones o mecanismos que explican la materia? La respuesta en nuestra opinión es porque materia y espíritu existen en realidades o dimensiones vibracionales distintas, dimensiones que aunque existen en el mismo lugar o espacio no se interfieren una a la otra por vibrar en rangos vibracionales distintos.
Esta hipótesis aunque no podemos probarla de forma objetiva si tiene mucho sentido, veamos. Sabemos que materia y espíritu están hechos de lo mismo, de elementos espirituales, y también sabemos que todo lo que existe vibra. Entonces, si materia y espíritu están hechos de lo mismo y ambos poseen en común la misma propiedad vibracional, entonces lo más factible es que esa separación tan radical entre materia y espíritu se deba a una diferencia igualmente radical en sus estados vibratorios.
Ahora, la única forma de que diferencias tan radicales en el estado vibratorio de dos elementos (espíritu y materia) las separe tanto como para que lo espiritual no pueda ser detectada materialmente sería que pertenezcan a realidades o dimensiones distintas, dimensiones que existen en rangos vibracionales distintos. Este es un componente clave de La Teoría Espiritual.
De acuerdo a esta teoría lo que nosotros llamamos materia y material existe en una realidad que se caracteriza por vibrar de forma muy baja, pongamos por ejemplo que todo lo que es material vibra en valores que van de 1 a 10. Y todo lo que es espiritual se caracterizaría por vibrar de forma un poco más elevada, por seguir el mismo ejemplo anterior, lo espiritual vibraría de 11 en adelante.
De acuerdo a esta hipótesis, una persona posee un cuerpo que vibra y existen en la dimensión material. Y en ese cuerpo material está encarnado un espíritu que vibrar un poco más elevado que el cuerpo y por tanto existe en la dimensión espiritual. Con esta hipótesis de las dimensiones vibracionales no solo podemos explicar la existencia de materia y espíritu a partir de lo mismo sino también el por qué están separadas.
Si este modelo de las dimensiones vibracionales es un buen modelo debe poder también explicar de forma lógica cómo y por qué se operó ese cambio vibracional que dio origen a la materia, considerando que la vibración de cualquier elemento espiritual es resultado de la forma como se relacionan sus atributos de creación: Amor, Inteligencia y Libertad. Y efectivamente lo hace, pero primero debemos entender que es la materia.
Pensemos en algo material, por ejemplo un trozo de piedra. Esa piedra está hecha de trillones de átomos muy pequeños, que a su vez están hechos de protones y neutrones aun más pequeños, que a su vez están hechos de quarks, leptones y bosones muchísimo más pequeños que los anteriores. Es decir que a la pregunta de qué está hecha la materia, la respuesta correcta debe ser que está hecha de partículas materiales increíblemente pequeñas. Pero si la materia, es decir esas partículas increíblemente pequeñas, son en realidad partículas espirituales ¿Cómo llegaron a adquirir ese tamaño y cómo eso las puso en la dimensión material?
La respuesta a esta pregunta estaría en la información suministrada en los libros de la Escuela Científica Basilio (ECB). Según la teoría de la ECB la desviación de los espíritus no solo los alejo del Creador sino que además los llevó a radicalizarse dividiéndose en distintas agrupaciones que con el tiempo se tornaron antagónicas. Hasta aquí solo tenemos espíritus. El antagonismo habría dado paso a la rivalidad y con ello a la confrontación que trajo como resultado un fenómeno nuevo e inesperado, el fraccionamiento de cantidades incalculables de espíritus. Pero sabemos por esa misma teoría que esas fracciones o partículas de espíritus también fueron manipuladas y utilizadas para nuevas confrontaciones, lo que las habría reducido aun mas de tamaño.
Sin embargo, es de esperarse que aunque manipuladas, esas fracciones que se enfrentaban y se fraccionaban una y otra y otra vez, al mismo tiempo experimentaban una alteración adicional en su armonía como resultado de semejante accionar. El resultado habría sido que con cada nuevo choque las Partículas Espirituales (PEs) no solo se redujeron mas y mas de tamaño sino que además vibraron mas y mas bajo. Ese ciclo de CHOQUE-FRACCIONAMIENTO/ PERDIDA DE ARMONÍA-NUEVO CHOQUE se habría repetido continuamente hasta que esas PEs alcanzaron el tamaño que hoy vemos en los componentes de la materia, es decir, el tamaño de los quarks, etc.
Se deduce entonces que para cuando las partículas espirituales alcanzaron el tamaño cuántico también alcanzaron un estado de armonía (y por tanto un valor vibracional) muy bajo, tanto que ya no pudieron seguir existiendo en la dimensión espiritual y pasaron a existir a la dimensión material. Esto habría dado origen a la materia en la dimensión material. Los demás elementos espirituales como los espíritus y otras partículas espirituales no tan reducidas, habrían continuado existiendo en la dimensión espiritual dando origen a esa dicotomía materia-espíritu.
Con este modelo, podemos responder la pregunta inicial: los espíritus y partículas espirituales encarnadas están en la dimensión espiritual porque aunque desarmónicos aun vibran dentro del rango de esa dimensión. La materia que también está hecha de partículas espirituales sumamente pequeñas, existe en la dimensión material porque esas partículas espirituales vibran de forma extremadamente baja, por debajo del rango de la dimensión espiritual y dentro del rango de una nueva dimensión, la dimensión material.
Este modelo explica así de forma natural el origen de la materia y a la vez abre las puertas para explicar también de forma natural fenómenos como el de la encarnación y evolución de la materia misma.