El Gnosticismo
Pregunta:
“Estimados amigos, recién acabo de descubrir vuestra página y quería preguntaros que opináis del gnosticismo. Según la gnosis la materia en sí es mala (y yo considero que realmente es mala) y el Demiurgo tiene atrapados los espíritus -que son eternos e increados-. El Demiurgo es el creador de la materia porque le sirve a sus fines, que no son los fines propios del espíritu. Tengo muchas dudas, porque realmente considero la materia como algo demencial y no comprendo como un Dios de bondad podría permitir el sufrimiento de una reencarnación tras otra pasando por toda clase de vicisitudes y experimentado el dolor y la angustia. Los defensores de la sabiduría hiperbórea dan una explicación bastante convincente a todo esto, pero su sesgo “marcial” no me termina de convencer. Muchas gracias por vuestra atención
Julio”
TE:
Respetamos cualquier creencia siempre y cuando ésta, en esencia, promueva el progreso moral y en conocimiento de sus miembros.
No somos expertos en religiones y creencias pero por lo leído el gnosticismo se ha atomizado en varias corrientes algunas de las cuales justifican y casi promueven todo tipo de prácticas sin reparos morales.
En este sitio nos basamos en La Teoría Espiritual (TE) para opinar y analizar los fenómenos de orden espiritual y su relación con la materia misma. De acuerdo a la TE la materia no fue realmente creada por alguna decisión o fuerza exterior sino que su origen es la consecuencia natural de la dinámica espiritual.
En la TE la materia, es decir sus componentes fundamentales (las Partículas Materiales Fundamentales como quarks, etc) son partículas de origen espiritual que llegan a la dimensión material como resultado de una pérdida extrema de armonía. Esta pérdida habría sido promovida por las acciones equivocadas de otros espíritus. En este orden de ideas ni Dios crea la materia, ni tampoco esta sería el resultado de una entidad malévola. La materia simplemente es el resultado de su pérdida de armonía de sus componentes.
Sin embargo, de acuerdo con la TE, todo lo que existe (excepto Dios) está sujeto a la evolución, es decir a su progreso hacia mayores estados de armonía, lo que hace que la materia se organice físicamente para formar desde átomos, moléculas y células, hasta órganos y organismos. Y en ese proceso los espíritus relacionados con ella (con los componentes fundamentales de la materia) son eventualmente atraídos por su relación de afinidad dando origen así a la encarnación.
De esta forma se constituye una relación indefectible entre espíritu y materia que da origen a los seres vivos y eventualmente al ser humano en que estamos encarnados los espíritus en este planeta hoy día.
En este orden de ideas la materia no es que sea mala en sí, sino que es el reflejo del bajo estado de armonía de sus componentes. De hecho la materia podríamos considerar que posee su propia agenda a través del dominio que ejercen los genes en los seres vivos. Cada organismo biológico busca en esencia dominar y perpetuarse y para lograrlo ha desarrollado complejos mecanismos para controlar al espíritu que encarna, de tal forma que éste le sirva para sus propósitos, sin distracciones innecesarias. Así es como los espíritus cuando encarnamos perdemos temporalmente la memoria de nuestro pasado olvidando hasta nuestra propia naturaleza espiritual, lo que nos obliga a crecer en el nuevo cuerpo como si fuéramos el cuerpo y totalmente enfocados en la vida física.
Parte de los poderosos mecanismos de control del cuerpo sobre el espíritu está representado por los instintos, formas de conductas predeterminadas que buscan maximizar la eficiencia del cuerpo, como el instinto de supervivencia o el instinto de procreación. Por eso decimos que la idea central de la vida no es combatir los instintos sino racionalizarlos y ajustarlos a los crecientes valores morales determinados pro las sociedades en desarrollo. Así, no creemos que exista un demiurgo como una figura maléfica central y opuesta a Dios o al bien. En realidad nosotros somos los únicos responsables de lo que vivimos y de las consecuencias de nuestros actos.
Así las cosas Dios no es responsable por el sufrimiento humano, Dios o El Creador, nos dotó con inteligencia, amor y libertad y nunca, bajo ninguna circunstancia, interfiere con la libre expresión que hacemos de ellos.
De acuerdo con la TE encarnamos tantas veces como sigamos siendo afines a la materia, pero en la medida que aprendemos, que aumentamos la armonía y evolucionamos, nos vamos desprendiendo de esas ataduras que nos ligan a ésta y eventualmente no volveremos a encarnar para continuar nuestra evolución como espíritus libres.
Respecto a la “sabiduría hiperbórea” estuvimos leyendo y con franqueza nos parece más la doctrina del odio y la destrucción. Se basa en una pretendida superioridad de raza mientras promueve el odio hacia otros fenotipos que son solo variantes genéticas de una misma base genómica. Con eso solo destruye todo progreso moral sumergiendo a sus miembros en la falacia de una pretendida superioridad. Pero al faltarle los principios morales solo crea poderosas anomalías evolutivas que a la postre solo retrasaran cualquier progreso en sus seguidores. No vemos con franqueza donde están los argumentos convincentes de estos alucinados que más parecen una secta destructiva que una corriente filosófica de progreso.
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