El Espíritu

El Espíritu

Con frecuencia hablamos en estas páginas del espíritu o alma. Lo citamos, lo mencionamos, lo invocamos, pero creo que nos ha faltado centrarnos un poco en analizar que es realmente el espíritu, una clase que es necesario impartir como punto de partida para podernos entender bien.

Empecemos por decir que alma o espíritu son lo mismo dentro de la Teoría Espiritual. Algunas corrientes espiritualistas suelen hacer una cierta distinción entre ambas, pero son más bien argumentos de forma pues en el fondo se refieren a lo mismo. Por eso en la TE usaremos alma como sinónimo de espíritu.
La gente que cree en la existencia del alma o espíritu suele decir “espero que a mi muerte mi espíritu vaya al cielo o a los mundos superiores”, una expresión un tanto curiosa si consideramos que quien dice eso es realmente el espíritu hablando a través del cuerpo. Por eso empecemos por aclarar que el espíritu es el verdadero ser consciente que habita el cuerpo y el cuerpo es solo un vehículo de expresión del espíritu.

El espíritu somos nosotros.

A diferencia de El Creador, el espíritu no ha existido siempre, tuvo un origen. El espíritu fue creado pero no tendrá fin. Así que viviremos para siempre, pero no se confunda el lector, la vida del espíritu no es atado a la materia, de hecho, esta vida material es temporal, es solo un instante en la vida infinita del espíritu. Sin embargo la vida física o de encarnados es una oportunidad importante que tenemos para confrontar nuestras propias debilidades, superarlas y afianzar los verdaderos valores espirituales que nos ayudaran a evolucionar hacia mayores estados de armonía.

Los espíritus fuimos creados por El Creador o Dios quien es el único Ser de existencia eterna. Según los estudios publicados por la ECB la creación del espíritu fue posible cuando El Creador plasma en una fracción de fluido la esencia de sus propios atributos. Es decir, que El Creador no perdió nada en el proceso ya que solo “impregna” con sus propios atributos, a una fracción del fluido espiritual. Recordemos que el fluido espiritual es una sustancia inerte que llena todos los espacios. Por eso los espíritus no poseemos capacidad creadora.

Los atributos con los que fuimos creados y que son los mismos que existen en El Creador son Amor, Inteligencia y Libertad. Así que todos los seres podemos identificarnos y en cierta forma medir nuestro progreso por la forma como entendemos y aplicamos en nuestra vida diaria estos atributos. La meta es llegar a expresar y respetar al máximo la libertad de todos y cada uno de los seres que existen; llegar a ser seres capaces de ofrecer un amor total y puro a todos los seres que existen, sin restricciones ni limitaciones; y bregar cada instante de nuestra existencia por aumentar el conocimiento cierto de las cosas de tal formas que podamos alimentar nuestra inteligencia con los conocimientos necesarios para entender la realidad que vivimos y la relación que tenemos con El Creador y los demás seres espirituales.

Es tan sencillo como eso. Quieres saber que tan bueno eres y que tan cerca de El Creador estas? Evalúa honestamente tu expresión de amor, inteligencia y libertad. Si alguien te pide amar a los demás, amar a Dios, respectar a los demás y a su libertad por decidir sus creencias. Y al mismo tiempo te pide que no razones ni busques las evidencias que demuestran la verdad de lo que crees, entonces te está desviando de la senda evolutiva que te acerca a El Creador. Porque no puede haber una evolución armónica si no evolucionan simultáneamente los tres atributos de que estamos hechos. Si amas a todos excepto a uno, si crees en el derecho a la libertad de todos, excepto de uno, si solo crees sin comprobar…entonces no estás expresando al máximo tus atributos y debes hacer más para corregir la desviación.

Entonces, somos espíritus con un cuerpo material. Pero no somos materia ni el espíritu encarnado está en la dimensión material. Si así fuera, el espíritu podría ser capturado y encerrado en una caja, o podría ser destruido por una bomba. Por eso es tan rara de esta forma de vida material. Porque aunque somos espíritus de la dimensión espiritual vivimos una vida propia de la dimensión material. Estamos unidos a un cuerpo que está en la dimensión material a través del cual vivimos la realidad de la materia como si fuera la nuestra.

El espíritu no tiene forma, aunque podríamos decir que por la descripción que hacen los médiums videntes, el espíritu podría tener un volumen comparado de unos 200 cc. Claro, es solo una comparación ya que no siendo material el espíritu no posee propiedades materiales. El espíritu no tiene ojos, no boca ni oídos, pero ve, escucha y se expresa. Porque recordemos que ver y escuchar o percibir cualquier cosa material realmente es un proceso puramente “eléctrico”, es algo que se aprende materialmente y a lo cual el espíritu le da un sentido con ayuda del cerebro y la mente.

Y permítanme aclarar esto. Cuando cualquiera de nosotros vemos un objeto con nuestros ojos físicos, eso no significa que esa imagen va directo al cerebro como si la imagen se proyectara en el. No. La imagen captada por los ojos es convertida por la retina en señales electroquímicas que viajan a través del sistema nervioso a una zona específica del cerebro. Realmente al cerebro solo le llegan una serie de impulsos nerviosos. Es allí donde con base en la experiencia de cada ser, esa señal adquiere un sentido que es interpretado como el objeto visto. Esa señal es entonces enviada desde el cerebro a la mente que es un órgano puramente espiritual la cual guarda toda la colección de experiencias aprendidas por esa persona para darle sentido a la imagen. Entonces si es enviada al espíritu en su propio lenguaje para conocer lo que está pasando materialmente.

Así es que el espíritu, aunque no tiene ojos ni oídos puede ver y escuchar, porque todo lo que el realmente recibe son las interpretaciones de lo material. El espíritu maneja los conceptos. Así que el espíritu libre de la materia sigue percibiendo en la misma forma a como lo hacía estando encarnado. El espíritu sabe lo que pasa a su alrededor por medio de las vibraciones que le llegan. Así él interpreta lo que está pasando. No percibe esas vibraciones por alguna parte especial sino que es todo el espíritu el que percibe estas vibraciones que le comunican cosas.

El espíritu tampoco tiene una forma definida, puede describirse como una pequeña nube o “masa” de energía con un volumen definido pero que bien puede cambiar de forma apareciendo más alargado o redondo. El espíritu posee un brillo que es en realidad la expresión natural de su estado de armonía. Armonía de qué? Armonía de sus atributos de creación Amor, Inteligencia y Libertad. Es la armonía de los atributos lo que determina de qué manera vibra el espíritu; y esa vibración se manifiesta como un brillo o color.

Un espíritu bueno con elevados conceptos del amor la inteligencia y la libertad seguramente tendrá gran armonía la cual se reflejara como un ser brillante. Y su brillo se incrementara más y mas a medida que ese espíritu logra mayor armonía de sus atributos. Pero si un espíritu es perverso con poco amor por otros seres, dispuesto a coartar su libertad para sacar provecho de ello, y sumido en la ignorancia de su propia negligencia, seguramente se verá oscuro y caótico. Sera un ser que produce temor a la visión espiritual y cuya presencia siempre genera conflictos y discordias. Es un ser que arrastra consigo el desasosiego de su propio estado.

Finalmente, el espíritu aunque es una unidad creada por El Creador en perfecta armonía, una vez despertó a la conciencia de ser y existir asumió total responsabilidad por mantener su armonía. Y lamentablemente no todos lo hicimos así. Un grupo de nosotros la alteramos y somos los que ahora existimos en una dimensión distinta de aquella que ocupa El Creador. Por eso no podemos ver a Dios. Somos los mismos que en el aislamiento de nuestra desarmonía nos inventamos las guerras y con ellas el fraccionamiento de cientos de miles de millones de millones de espíritus. Las mismas fracciones o partículas espirituales que hoy son la base de la materia que hace el universo.

Pero no permaneceremos así para siempre. La evolución es una ley inteligente emanada de El Creador que promueve todo lo que existe hacia estados de mayor armonía. Así que volveremos a tener la armonía que un día perdimos. La pregunta entonces no es si lo lograremos sino cuando lo lograremos y eso dependerá de nuestra fortaleza para encuadrarnos por el camino del amor, la inteligencia y la libertad.

Fraternalmente

Eduardo Sanz

Author: ISRSP

Share This Post On

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.