¿De dónde provienen las fuerzas malignas ?
De dónde provienen las fuerzas malignas?
Fuerzas malignas, fuerzas del mal, fuerzas demoniacas, ángeles caídos, fuerzas satánicas, huestes del mal y otros tantos nombres han sido utilizados para definir a aquellos espíritus que por su bajo estado de armonía son capaces de las más bajas acciones.
Se trata de espíritus que tras haber perdido la perfecta armonía de sus atributos han entrado en estados de rebeldía y confusión que muchas veces los lleva a violar los valores y principios con los cuales fueron creados los espíritus.
Todo esto tiene su origen a nivel espiritual, pues fue primero lo espiritual que lo material. Allí fue donde los espíritus desarmónicos nos inventamos las divisiones irreconciliables, las guerras, el dominio, el sometimiento, la ambición, el egoísmo, la mentira, el odio, el engaño, etc etc.
Y cuando sobrevino la encarnación, pues todos estos espíritus que comenzaron a encarnar trajeron consigo sus propias desviaciones, sus propias tendencias equivocadas y las esparcieron por la tierra y otros planetas, adaptándolas a sus propias culturas con las consabidas consecuencias negativas.
Entonces, las fuerzas malignas no son más que otros espíritus que al igual que nosotros han caído a estados de desarmonía bajos, pero que persisten en su error convencidos aun de sus actos y su forma de actuar. Los hay en estados de atraso tan extremo que prácticamente ya no poseen una noción del bien o el mal, pero son tan atrasados que su sola presencia causa grandes alteraciones entre los espíritus. Otros no son tan extremadamente atrasados por lo que aun conservan estado de conciencia suficiente para imponer su dominio sobre otros espíritus a quienes obligan a ejecutar sus perversas decisiones. Otros son más maliciosos que malos y entre todas estas categorías existen distintos estados intermedios.
Son seres que mas que odio y desprecio necesitan de buen ejemplo y ayuda para comenzar a superar su atraso, porque todos los que un día nos alejamos de El Creador y la dimensión de perfecta armonía, eventualmente regresaremos a Él cuando a través de nuestras acciones libres apoyadas en el amor y la inteligencia logremos avanzar lo suficiente para recuperar la armonía perdida.
Fraternalmente
Eduardo Sanz