Experiencias personales con el mundo espiritual.

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Caso 1. Me siguieron después de la rumba.

Regresaba en la mañana a mi casa después de haber permanecido en la noche en una discoteca con algunos amigos. Recuerdo que aunque no ingerí alcohol, ni ninguna sustancia alucinógena, muchos a mi alrededor si lo hacían y el ambiente era pesado.

Me dispuse a dormir en la madrugada, pero cuando me encontraba en ese trance entre la vigilia y el sueño me despertó una sensación de que algo o alguien me observaba desde la puerta de mi habitación de la cual me encontraba de espaldas, un segundo después me estremeció el más estridente rock pesado que parecía retumbar en mis oidos, yo de alguna manera sabía que este sonido no provenía de ningún aparato físico, pues más bien parecía salir de mi cabeza, provenía de la entidad que supongo me había seguido desde el lugar donde estuve la noche anterior; yo aunque tenía los ojos cerrados, pude visualizar en mi mente una presencia con la forma de una nube oscura, que se desplazaba desde la puerta de mi habitación hacia mi hasta ubicarse sobre mi cabeza, y en ese preciso momento la música estridente que retumbaba dentro de mi cabeza, cambia a lo que parecía ser el ruído que producen cientos de abispas juntas.

Estaba completamente paralizado, tenía que hacer un gran esfuerzo por mantenerme despierto, tenía la sensación que si me dormía la entidad podría tomar posesión de mi cuerpo; intentaba infructuosamente concentrar mi atención para elevar un pedido de ayuda al Bien. La lucha por abrir los ojos y liberarme de la presión espiritual que ejercía la presencia oscura sobre mi tardo varios minutos, hasta el momento en que tuve la intuición que debía fijar en mi mente la imagen de Jesús de Nazareth, que representa para mi a un espíritu de bien, que se ofreció libremente a ayudarnos a ser mejores a todos aquellos que aún tenemos muchos errores por corregir. La entidad se alejó mucho más rápido que como llegó. Para mi esta es una de las comprobaciones más contundentes de la existencia del mundo espiritual, de su capacidad de influir sobre nuestras mentes y de perturbarlas; sin embargo también constituyó una prueba irrefutable de la existencia del Bien y de ese espíritu que otrora encarnó en nuestro planeta como Jesús de Nazareth y de su disposición a ayudar de manera inmediata a quien lo necesite, y del efecto que produce la luz del Bien sobre la oscuridad del error.

Por otro lado pude comprobar que tenemos la capacidad de relacionarnos con el mundo espiritual, facultad a la que denominamos los espiritistas mediumnidad, y que para comprobar que existe basta con ejercer sobre nuestra mente el estímulo adecuado. En mi caso personal, estimule mi mediumnidad vidente intuitiva cuando visualicé con mis ojos cerrados a la entidad cuando se acercaba desde la puerta de mi habitación hasta mi cama, pude observar que tenía la forma de una nube oscura, que se movía despacio a la altura del marco de la puerta y finalmente se detuvo sobre mi cabeza; también estimulé mi mediumnidad auditiva, escuché lo que supongo la entidad deseaba, rock pesado y un ruído como el que producen cientos de abispas. Si tuviera que distinguir entre un sonido físico y aquel que he percibido por medio de mi mediumnidad auditiva, diría que no es posible, porque no hay manera de diferenciarlos.

Otro aspecto a analizar es el que tiene que ver con mi pedido de ayuda al Bien, pues desde el primer momento en que percibí la presencia perturbadora intente pedir la ayuda, pero no podía conseguir concentrar mi atención en el pedido a causa de la fuerte presión espiritual, que se manifestaba con un bloqueo mental que me inducía al sueño, así que opté por fijar en mi mente la imagen de Jesús, a quien asocio con el Bien, y finalmente la ayuda llegó de inmediato y la entidad se retiró.

Esta experiencia significa para mi una comprobación irrefutable de la existencia del mundo espiritual, de la existencia del error y del Bien, que somos espíritus viviendo temporalmente unidos a un cuerpo físico, que nos podedemos comunicar con el mundo espiritual que nos rodea haciendo uso de las mediumnidades o sentidos espirituales que radican en nuestras mentes, que el Bien está presto a brindarnos su ayuda, en tanto estemos dispuestos a recibirla.

Experiencia vivida y narrada por Julián Sanz.

Author: ISRSP 2

Físico de la Universidad Nacional de Colombia, Especialista en Protección Radiológica y Seguridad Nuclear de la Universidad de Buenos Aires Argentina. Investigador independiente del fenómeno espiritual desde el año 1.982.

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