El Problema de Dios y la Materia
Por Eduardo Sanz:
Leyendo ayer un interesante libro titulado INFORMATION AND THE NATURE OF REALITY en el cual dedican los primeros capítulos a una revisión del concepto filosófico de “materia” me encontré con este argumento por demás muy interesante, dice:
…Aquinas, más tarde bautizado como el “teólogo” de la iglesia católica fallo en resolver el enigma de la materia. Puesto que Dios, el determinador final del ser, es puro espíritu, no encarnado en-o dependiente de- la materia en forma alguna, la relación de materia con Dios como su fuente fundamental es un dilema. Como podría Dios crear algo esencialmente diferente de sí mismo?
Esta que parece solo una discusión más entre teólogos y materialistas es de una connotación profunda y fundamental. Ni científicos formales, ni teólogos y aun me atrevo a afirmar (me corrigen si estoy equivocado) ni siquiera los espiritistas han logrado dar una respuesta adecuada a este dilema. Un dilema que no solo se limita a la relación de Dios con la materia sino al origen mismo de la materia.
Lo que dice el autor es correcto: si Dios es en esencia de naturaleza espiritual, si los espíritus buenos o malos son de la misma naturaleza, que necesidad tendría El Creador de “crear” materia, una sustancia de naturaleza completamente distinta y obviamente inferior a la suya? Si lo espiritual es superior a lo material, que necesidad de poner a la criatura espiritual a vivir una vida material llena de obstáculos y limitaciones? Luego, por que crear “materia”? y si no la creo Dios, entonces quien lo hizo y por qué?
Este es un dilema filosófico de grandes proporciones que vale la pena considerar seriamente; e interesantemente, la Teoría Espiritual se ocupa de él.
Las ciencias formales han logrado grandes avances en el conocimiento de los constituyentes esenciales de la materia y sus teorías, como el modelo estándar o la teoría de cuerdas, incluso sostienen que toda la materia está hecha de unos ladrillos básicos o fundamentales llamados Quarks o Cuerdas. El modelo ha sido tan exitoso que el estudio de estos componentes infinitamente pequeños ha permitido inferir el origen del casi-infinitamente grande universo, logrando detalladas descripciones de su origen hace 13.750 millones de años en un fenómeno conocido como el Big Bang.
En el Big Bang habría comenzado todo. En esa época toda la materia (y energía que valga aclarar son lo mismo) que hoy puebla el universo habría estado reducida a un espacio más pequeño que un átomo. Y hay pruebas muy contundentes de este modelo. Pero hasta allí llega la ciencia actual. Lo que en cierta forma solo corrió en 13.750 millones de años hacia atrás el mismo dilema, pues eso aun no responde la pregunta…de donde salió ese “átomo” primitivo del Big Bang?
Los teólogos suelen afanosamente saltar sobre los vacios de la ciencia para llenarlos con inferencias divinas, afirmando que el Big Bang es aceptado por la iglesia, pero que el antes del Big Bang entra en los terrenos de Dios. A lo cual la ciencia replica con la “navaja de Occam” diciendo que si vamos a aceptar que Dios creó el Big Bang y Dios es eterno pero no tenemos evidencias científicas de ello, entonces por principio de economía (principio de Occam) es mas practico afirmar que la materia es eterna y eliminar así la hipótesis de Dios que solo multiplica innecesariamente los supuestos.
Al final, tanto ciencia como religión se atascan en el mismo cuello de botella: ¿De dónde salió la materia? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
En la Teoría Espiritual (TE) no podemos afirmar que poseemos la verdad, pero hemos elaborado inferencias muy validas desde el punto de vista de la lógica y la razón basadas en los hechos obtenidos por la Escuela Científica Basilio a través de su investigación mediumnímica.
De acuerdo a la TE Dios no creo la materia, ni el universo, ni la encarnación. Al menos no directamente. Dios o El Creador, creó a los espíritus libres y conscientes de sí mismos, dotados de tres atributos esenciales: Amor, Inteligencia y Libertad. Esos espíritus, sin embargo, no fueron creados con la intención de vivir una vida material o encarnados en un cuerpo. De hecho de acuerdo a estas investigaciones los espíritus aunque fueron creados sencillos e ignorantes, despertaron a la consciencia en estado de total armonía. Piense el lector en una computadora, que una vez se saca de su caja nueva y se conecta, aunque es perfectamente capaz de cumplir todas las funciones para las que fue creada aun no lo hace hasta cuando el usuario las llena con sus archivos, la cargue sus programas y le de uso.
Los espíritus creados (todos nosotros somos espíritus encarnados en un cuerpo) existíamos en la única dimensión real hasta entonces, la dimensión primaria o Eternidad como la llaman muchos. La misma ocupada por El Creador mismo. Pero allí no había materia, no existía la materia, ni el universo material ni soles o planetas, ni nada físico. Más aun, eso no estaba ni siquiera en la inteligencia de los espíritus. Entonces ¿Cómo fue que terminamos viviendo una vida de encarnados?
La respuesta para la TE radica en la libertad de los espíritus, una libertad que no solo les permitió despertar a la conciencia libres y conscientes de sí mismos, sino que les dio libre albedrio para definir los derroteros de su existencia. Fue en esta libertad que muchos espíritus se apartaron de la armonía perfecta, alterándola y pasando a existir a una dimensión más baja llamada la Dimensión Espiritual. Una dimensión que si bien separada de la Primaria (no se veían ni se tocaban una a la otra) aun no tenía nada de materia o material.
La Dimensión Espiritual es la misma dimensión en la cual existen los espíritus buenos y malos que muchos estudiosos del espiritismo mencionan (aunque en lo personal prefiero llamarlos casi armónicos y desarmónicos). Pero aun allí no había materia, la materia vendría después. Pero ¿Cómo? ¿Si todo era espíritu o espiritual como fue que la materia llego a adquirir existencia? ¿Cuál es el sustrato que permite que la materia sea lo que es y de donde salió ese sustrato?
Eh aquí lo interesante de la propuesta de la TE. Para la TE los componentes básicos de la materia son los mismos de los espíritus que habitan la dimensión espiritual. Y su origen se explica en otro fenómeno adicional, uno ignoto aun para los más estudiosos del espiritismo, con algunas excepciones. Me refiero al fraccionamiento espiritual.
A través de la mediumnidad fue conocido el enfrentamiento de espíritus desarmónicos y su consecuencia, el fraccionamiento de los espíritus, verificado. Y aunque los espíritus al fraccionarse no dejaban de existir, veían reducido su nivel de conciencia en proporción al tamaño de sus partes.
Aunque soy consciente que a la mayoría de espiritistas la sola idea de espíritus fraccionándose parece violar las afirmaciones hechas por los espíritus a Kardec, este fenómeno no solo constituye un hecho verificado mediumnímicamente sino que entra a llenar el vacío conceptual que impedía explicar fenómenos como:
• la vida espiritual de animales y plantas
• la evolución de la materia
• la evolución de los homínidos hasta el hombre
• la evolución de especies distintas en otros planetas o universos hasta la aparición de formas inteligentes como los humanos
• la curación por imposición de manos
• el problema de la mente
• la aparición de la materia misma, el universo y otros posibles universos
entre otros fenómenos explicados bajo este concepto.
Para la TE existe una relación directa entre acción y armonía. El accionar positivo de un espíritu o partícula espiritual implica un aumento de armonía así como el accionar equivocado, propio o inducido implica una pérdida de esa armonía. De esta forma queda claro que cuando espíritus o aun Partículas Espirituales (PEs), se enfrascan en acciones equivocadas de cualquier tipo, esto no solo puede conducir a su fraccionamiento o re fraccionamiento sino que además altera aun más su estado de armonía, del cual depende directamente su estado vibracional.
Así es que la TE infiere que si masas enormes de PEs son sometidas a realizar acciones equivocadas constantes, esto no solo las puede llevar a fraccionarse aun más sino que además a alcanzar estados de armonía tan bajos que sus vibraciones ya ni siquiera les permitirán seguir existiendo en la dimensión espiritual. Y aquí es donde parece estar la conexión con la materia y todo lo físico.
Esta inferencia implica que luego de un fraccionamiento extenso en la dimensión espiritual las PEs no solo alcanzaran tamaños de tipo quántico (como los quarks o cuerdas que la ciencia propone) sino que eventualmente dejaran de existir en esa dimensión y pasaran a existir a una dimensión aun más baja la dimensión material; algo similar a lo sucedido a los espíritus de la dimensión primaria que pasaron a existir a la dimensión espiritual cuando su pérdida de armonía ya no les permitió existir mas en ella.
Estas PEs serian las mismas Partículas Materiales Fundamentales que hacen la materia del universo. Este sería el origen de la materia que estalla en el Big Bang para dar origen al universo. Materia que después se organizaría en átomos que se transformarían al interior de las estrellas para dar origen al material de planetas y de la vida misma.
Así, la TE resuelve de un modo distinto pero definitivo el dilema de Dios y la materia, de lo espiritual y lo material. Así la TE aclara que:
• la materia no es en realidad un opuesto diametral de lo espiritual sino un estado vibracional distinto de aquel.
• La TE explica que el alma de los animales no constituyen seres espirituales de segunda creados por Dios y condenados eternamente a la sumisión y falta de consciencia plena; estas serian Partículas de Espíritus que evolucionan con miras a reconstruir la unidad que un día fueron.
• La TE explica que el dilema de la mente está resuelto al considerar esta como una estructura intermediaria en la comunicación entre espíritu y materia, hecha de la integración funcional de PEs encarnadas en las células del cerebro.
• La TE resuelve el dilema de la encarnación como la consecuencia inevitable de las acciones de los espíritus encarnados que un día fueron responsables del fraccionamiento de otros espíritus; mismos que ahora forman la materia y crean las condiciones para su atracción y retención temporal bajo un estado llamado ENCARNACIÓN.
Estas y muchas más interrogantes quedan resueltas bajo el modelo teórico planteado por la Teoría Espiritual. Aunque no todo es tan fácil. Como hombres de ciencia, los autores somos plenamente conscientes de nuestra necesidad de probar los postulados básicos que le dan cuerpo al conocimiento espiritual, como es la existencia de la mediumnidad y con esa herramienta probar que los fenómenos espirituales descritos son ciertos. Este es un desafío monumental que requiere de un gran esfuerzo y por eso invitamos a todos aquellos que deseen cooperar en su consecución a unirse a este proyecto.