Curso de Ciencia Espiritual 1

La mediumnidad es un atributo de la mente. Es una facultad que se asocia a los componentes de la mente y que le permite al espíritu encarnado percibir las vibraciones que constituyen el lenguaje de los espíritus.

Hay que aclarar que durante la encarnación la mente envuelve y domina al espíritu de tal forma que lo aísla poderosamente de su propia realidad espiritual, para sumergirlo casi completamente en la vida corporal. Por eso el espíritu no solo no recuerda nada de su pasado espiritual (fenómeno conocido como “olvido del pasado”), sino que tampoco es capaz de conectarse fácilmente con otros espíritus no encarnados.

Este aislamiento espiritual del espíritu encarnado es reforzado por la existencia de un segundo fenómeno asociado a la encarnación llamado “estado de confusión”, el cual solo le permite al espíritu tener plena conciencia de sí mismo cuando está despierto en el cuerpo. Pero cuando la persona está dormida o desmayada el fenómeno de la confusión lo envuelve y lo sumerge en un estado similar al del sueño profundo. Debido al efecto de estos dos fenómenos el espíritu encarnado cuando está despierto en su cuerpo no recuerda ni percibe nada del mundo espiritual y cuando está dormido todo se torna vago y confuso.

Ambos fenómenos (olvido del pasado y confusión), son producidos y sostenidos durante toda la vida de encarnado por las partículas espirituales encarnadas en las células del cerebro, las cuales en conjunto conforman la llamada mente o estructura mental. Ahora, puesto que el tipo y características de esas partículas espirituales están determinadas por la composición genética de cada célula en que encarnan, entonces esas partículas pueden diferir ligeramente de una persona a la otra y por consiguiente no todos los seres humanos poseen el mismo tipo de mente.

Algunas personas pueden tener una mente que los controla y aísla más y otros pueden tener una mente que es un poco menos controladora permitiéndole así tener un acceso más o menos claro con la realidad espiritual. Cuando así sucede decimos que esa persona posee la capacidad de percibir e interpretar las vibraciones de comunicación de los espíritus, condición también conocida como mediumnidad. Por eso decimos que la mediumnidad está relacionada o tiene su asiento en la mente,

Así, solo apoyado en su mediumnidad el espíritu encarnado puede lograr un contacto directo con esa otra realidad de existencia.

Durante la encarnación el espíritu posee bloqueada su propia memoria, así que para poder desempeñarse y sobrevivir como encarnado utiliza la capacidad de archivo de la mente o memoria mental, la cual guarda solo los recuerdos adquiridos durante su actual encarnación. Esto hace que toda comunicación con el mundo espiritual deba necesariamente ser procesada con base en sus recuerdos mentales. Todo médium utiliza la mente para comunicarse e interpretar la comunicación espiritual.

La mente es la única estructura capaz de percibir e interpretar las vibraciones espirituales para el espíritu encarnado o médium. Esa interpretación la hace la mente con base en los conocimientos almacenados en la memoria mental, conocimientos que están basados en la información captada por los sentidos físicos. Así las vibraciones espirituales captadas por la mente pueden ser interpretadas como imágenes visuales, lo que define la mediumnidad vidente; o puede hacerla en forma de sonidos, lo que define la mediumnidad oyente, etc.

La mente también puede captar las vibraciones espirituales en forma de intuiciones, lo que define la mediumnidad intuitiva o incluso en forma de escritura o dibujos hechos por el médium basado en su percepción, lo que define la mediumnidad escribiente.

De nuevo, la mediumnidad no es un privilegio de algunos espíritus encarnados; es una facultad inherente a la estructura de su cerebro que es un reflejo de los componentes físicos y espirituales de sus genes. Por esta razón no todos poseen mediumnidad ni los que la tienen la poseen en el mismo grado de desarrollo. Es decir que la capacidad mediumnímica de la mente se relaciona con el tipo específico de partículas espirituales que la componen, las cuales pueden poseer mayor o menor sensibilidad para detectar e interpretar claramente las vibraciones de orden espiritual.