Curso de Ciencia Espiritual 2

Clase # 40: Principios Científicos De La Ciencia Espiritual IV

11. Principio mediumnímico

Todo Elemento Espiritual encarnado por el hecho de poseer mente posee algún tipo de mediumnidad.

La mediumnidad en principio, es la facultad que poseen las partículas espirituales organizadas en la mente para percibir e interpretar las vibraciones propias del lenguaje de comunicación espiritual. Esas vibraciones nacen y se desplazan por la dimensión espiritual, la misma en la cual existe la mente. Recordemos que los elementos encarnados, aunque unidos a la materia y aunque viviendo una existencia aparentemente material no están en la dimensión material sino que continúan existiendo en la dimensión espiritual.

Así, todo organismo que posea una mente posee la capacidad para percibir e interpretar de forma más o menos precisa las vibraciones espirituales. Y puesto que la mente prácticamente existe en toda estructura de encarnación, entonces la facultad mediumnímica es posible reconocerla en todas las estructuras de complejidad, por ejemplo, átomos, moléculas, células y organismos.

Por supuesto que entre más compleja es la estructura mayor es el Elemento Espiritual encarnado, así que también es mayor su capacidad para percibir e interpretar estas vibraciones.

12. Principio de certidumbre del bien

Todo Elemento Espiritual posee en su conciencia el punto de referencia exacto que le indica cuando sus acciones están en armonía con el bien o son contrarias a éste.

Sabemos que existe una responsabilidad natural por las acciones que realiza un Elemento Espiritual. Esas acciones pueden conducir a un aumento o disminución de la armonía individual y colectiva. Pero no cabría tal responsabilidad si en cada ser no existiera esa referencia exacta de que es lo correcto y que no lo es. A esa certeza de cual es la acción correcta es lo que denominamos Principio de Certidumbre del Bien.

En un lenguaje más popular a esta certidumbre del bien se le denomina conciencia y aunque a veces se le pretende relacionar con una entidad ajena o externa al ser mismo, en realidad se trata de una consecuencia de poseer atributos cuyo origen esta en La Fuente misma.

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