Curso de Ciencia Espiritual 1

Clase #16: Las Partículas Espirituales

Las Partículas espirituales (PEs) son el resultado del fraccionamiento de los espíritus como consecuencia de sus enfrentamientos en estado de desarmonía

Es una consecuencia directa de la desarmonía de los espíritus, su división en agrupaciones y una búsqueda insaciable por imponer sus ideas, lo que ha degenerado en una búsqueda del poder y la dominación total. Como resultado, surgen los enfrentamientos entre ellas que a nivel individual produce el choque ideológico y efectivo entre miembros individuales lo que lleva al fraccionamiento de incalculable cantidad de espíritus.

El fraccionamiento de los espíritus se presenta cuando estos se enfrentan entre sí guiados por su intención de dominación ya sea por su propia iniciativa o forzados por sus líderes y bajo un estado de armonía alterada.

En ese proceso los espíritus desarmónicos emiten potentes vibraciones perturbadoras en contra de sus “rivales” con la intención de imponerse y dominarles. Los grupos espirituales que intervienen en las confrontaciones espirituales debilitan su estructura espiritual por el constante aumento de su desarmonía resultado de sus propias acciones, finalmente los espíritus directamente involucrados en las confrontaciones pueden alterar a tal punto su estado espiritual, que pueden llegar a fraccionarse en pedazos de espíritus llamadas Partículas Espirituales.

Por ser un ente de existencia infinita, el espíritu no se destruye en este proceso, sino que continúa existiendo en sus partes o Partículas Espirituales (PEs) cada una de las cuales conserva una fracción proporcional de los atributos del espíritu: Amor, Inteligencia y Libertad.

Lamentablemente fraccionado en partículas, el espíritu pierde esa plena capacidad para decidir de manera coherente acerca de sus acciones. Estas PEs son las que eventualmente encarnaran en todos los niveles de complejidad de la materia, desde partirlas subatómicas pasando por átomos, moléculas, células e incluso siendo el alma de los animales en los cuales se puede evidenciar claramente que poseen un grado de conciencia menor que el de los humanos en quienes encarna un espíritu completo.

Reducidos los espíritus a Partículas Espirituales, se convierten en elementos dependientes, fácilmente manipulables por otras unidades espirituales que conservan su integridad y por lo tanto son aún responsables por su estado espiritual y por las consecuencias que se deriven de su accionar. Entonces es posible que las partículas espirituales sean conducidas a nuevos enfrentamientos con otras PEs y espíritus completos, fragmentándose cada vez más con cada enfrentamiento y posiblemente provocando la fragmentación de los elementos espirituales que las enfrentan. Esto aumenta dramáticamente su desarmonía reduciendo aun más su estado vibracional.

Eventualmente estas PEs se pulverizan hasta alcanzar tamaños quánticos en los cuales su estado vibracional alcanza valores inconcebiblemente bajos.

Pero así como las PEs pueden ser manipuladas por espíritus desarmónicos, también estas pueden ser rescatadas y guiadas por espíritus de mayor armonía, bajo cuya guía logran entrar en un proceso de evolución que las eleva en armonía.

Las partículas espirituales de un mismo espíritu pueden eventualmente volver a unirse unas con otras para reconstruir la unidad, pero solo si todas partículas pertenecientes a un mismo espíritu han logrado alcanzar un elevado grado de armonía. Solo aquellas PEs derivadas de un espíritu pueden volver a conformar la misma unidad y no otras, por efecto del principio espiritual de pertenencia constitutiva.

Todas las Partículas Materiales Fundamentales que constituyen la materia de este universo son en esencia PEs que fruto de su estado vibracional excepcionalmente bajo han llegado caído a la dimensión material.

Muchas otras PEs permanecen sin embargo en la dimensión espiritual, y como resultado de su cercanía vibracional con aquellas que han caído a la dimensión material, terminan asociándose a estas desde su estado aún espiritual formando extraños híbridos físico-espirituales, es decir una combinación o conexión de elementos espirituales y materiales. Esto sería el origen al fenómeno de la encarnación donde esos elementos espirituales asociados a la materia pasan a constituir el alma o el factor inteligente que se esconde detrás de toda forma de materia, incluida la vida biológica en todas sus formas.

Las PEs encarnadas pasan a constituir las Partículas Espirituales Dirigentes de todas las formas de complejidad de la materia desde protones y neutrones, átomos, moléculas, macromoléculas, células y órganos en general, como el cerebro.

También son Partículas Espirituales las que constituyen el alma o Elemento Espiritual Dirigente de plantas y animales, desde sus formas unicelulares hasta las formas más complejas de materia como los organismos metazoarios.

El proceso de la encarnación de las partículas espirituales en las diferentes estructuras de la materia ocurre de manera natural y obedece a una ley o principio espiritual de correspondencia material que se cumple una vez estén dadas las condiciones: formada una estructura de complejidad-encarnado un elemento espiritual de tamaño correspondiente.

La encarnación es pues un fenómeno automático resultado de la aparición de la materia y la fuerte relación de afinidad entre las partículas materiales fundamentales que forman la materia y los elementos espirituales afines a estas que continúan existiendo en la dimensión espiritual. Es un mecanismo evolutivo tanto para la estructura material, como para el elemento espiritual encarnado en esta.

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